Me llamo Sofía Villalba y tengo 29 años.
Me hice mi primer tatuaje con 13 años, también fue con esa edad cuando me hice mi primer piercing, y desde entonces supe que la cosa no iba a quedar ahí.
Soy de un pequeño pueblo de Teruel llamado Villarquemado.
Con 20 años marché a Barcelona a estudiar ilustración.
Una vez me convertí en técnico en ilustración decidí empezar a estudiar filosofía, y en ese momento fue cuando, no sé muy bien como, me empeñé en que quería aprender a tatuar.
Mis padres me regalaron un kit de iniciación, y me dedicaba a destrozarle la piel a mis amigos mientras lo compaginaba con mis estudios.
Cuanto más tatuaba, más cuenta me daba de que quería dedicarme a eso a tiempo completo.
Lo poco que aprendí fue a través de foros y videos de youtube.
Volví a Teruel e intenté pedir trabajo en los estudios de la zona, pero todos decían que no había trabajo para todo el mundo, cosa que no me terminaba de convencer, ya que yo tenía gente interesada en tatuarse en mi casa casi todos los días, así que decidí abrir mi propio estudio, con muy poca experiencia pero muchas ganas.
Al tiempo me di cuenta de que me había estancado, que necesitaba rodearme de tatuadores, de gente de la que poder aprender, así que cerré y me vine a Valencia.
Tuve la enorme suerte de que Ismael estuviese a punto de abrir La tinta que habito y contase conmigo para hacer en principio los piercings y el láser de eliminación de tatuaje.
Poco a poco el volumen de trabajo fue subiendo y empecé a tatuar otra vez.
Esta vez más en serio y rodeada de gente que me ayudaba, empecé a notar una evolución y hasta hoy, que sigo aprendiendo..
¿En qué estilo estás especializada?
Soy un poco «mercenaria». ¿Qué quiere decir esto? Pues que hago lo que me piden dentro de la medida de mis posibilidades y de mi estilo, pero no me cierro a nada.
Tatuadores que te han inspirado, favoritos… Tatuador nacional y extranjero.
Todos mis compañeros, por supuesto, y otros grandes tatuadores nacionales como Debora Cherrys, Lucky Luchino, Fernando Bisceglia, Leo Barrachina… e internacionales, como Brando Chiesa, Aimee Cornwell, Hanna Flowers…
Hay tantos, y de estilos tan diferentes a los que admiro y sigo en sus redes que solo puedo nombrar los que primero me vienen a la mente.
Música que pones mientras realizas un tatuaje:
Depende de lo que quiera torturar al cliente.
Sobretodo rock y B.S.O de películas, también intento que mi cliente esté cómodo y me adapto un poco a sus gustos.
Tatuaje que llevas que más aprecias.
No puedo elegir uno solo de mis tatuajes, todos tienen algo especial, algunos de mis tatuajes no tienen un significado especifico, solo me recuerdan un momento de mi vida y eso me gusta.
¿Cuál ha sido el tatuaje mas difícil que has hecho hasta la fecha?
Cualquier cosa que se parezca al realismo, es el estilo que menos he tocado y el que más respeto me da.
¿Hay algún tatuaje que no has hecho, que te gustaría realizar?
Tengo muchas ganas de tatuar cosas sobre videojuegos y películas, es cuándo mejor me lo paso.
Según tu experiencia, ¿Qué aconsejarías a aquellas personas que desean ser tatuadores?
Que trabajen mucho, que tengan paciencia (la que a mi me falta), que no se desesperen y que se rodeen de buena gente.
Que pidan consejos y que valoren su trabajo desde el minuto uno.
Todos sabemos que hace años, existía cierto prejuicio hacia las personas tatuadas , ¿piensas que esta situación ha cambiado? ¿Nos pondrías algún ejemplo personal?
El mundo del tatuaje va evolucionando, como todo.
Antes la gente solía pensar que los tatuajes los llevaban los expresidarios o los legionarios, ahora eso va cambiando.
Una vez me pasó con mi padre, el no solía tener un concepto muy positivo sobre la gente muy tatuada, ahora cuando ve a alguien muy tatuado por la calle, en vez de pensar que es un delincuente, me da un codazo y me dice «¿cuanto dinero se habrá gastado esa persona en tatuajes?» y eso me hace gracia.
También me ha pasado con algunas personas, que por mi apariencia pensaban que era una persona borde o seca, o algo así, y cuando me conocen, me dicen que les sorprende como soy… en fin, prejuicios.