Mi comienzo en el mundo del tattoo empezó con 7 años, cuando vi por primera vez como se hacía uno. La verdad, era un tattoo taleguero en el comedor de una casa. A los 18 pinche por primera vez…mi prima me presto su culo para tatuarle una nalga, a los años le tape lo que le hice ¡claro! En el 2012 me saque el curso y desde entonces no he vuelto a soltar una maquina en mi vida. Hasta hoy, considero que he trabajado muchísimo, que he aguantado bastante y que todo esfuerzo se ha compensado. Me siento orgullosa de donde estoy y ojalá que siga haciendo lo que me apasiona hasta que mi cuerpecillo no pueda más.